Ya te hemos dado algunos consejos en el pasado para hacer más fácil unas vacaciones en un camping con una mascota.
Vale la pena repetirlo: ir de vacaciones con tu amigo de cuatro patas es más fácil de lo que piensas, siempre que respetes algunas precauciones y prestes un poco de atención.
Compartir el tiempo libre con el perro, introducirlo en un entorno diferente al que está acostumbrado puede ser una experiencia maravillosa.
Eso sí, si las vacaciones que hemos organizado son en un camping o si nos desplazamos con camper o caravana, todo es mucho más sencillo: los perros pueden tener su propio espacio y saber que están tranquilos en un entorno totalmente “protegido”. Y si en cambio tuviéramos la intención de irnos de vacaciones de viaje con la tienda de campaña sobre los hombros, ¿sería posible llevar al perro con nosotros? Por supuesto, ¡se trata de organizarse! Estas son algunas de nuestras recomendaciones.
Preparación previa a la salida Lo primero (y lo más importante): acude a tu veterinario de confianza para una visita completa.
Hay tantas variables a tener en cuenta, desde la edad del perro hasta cualquier problema físico, y lo mejor es que un especialista las considere.
Una vez que obtenga la luz verde, pregunte qué vacunas son necesarias según la ruta que tiene en mente.
Otra cosa a hacer, con unos meses de antelación a la salida, es preparar físicamente a nuestro amigo: si hemos elegido un itinerario montañoso es bueno acostumbrarse a él dando unos paseos cuesta arriba, alternándolo con rutas llanas para reforzar su resistencia; si, por el contrario, planificamos caminatas largas sin desniveles particulares, entonces será suficiente organizar un programa de caminatas, aumentando gradualmente la distancia recorrida.
También será una buena manera de ver de antemano cómo reacciona tu perro, evitando imprevistos una vez de vacaciones.
Piensa según nuestro compañero No todas las rutas son aptas para nuestros animales.
Debemos planificar con cuidado un itinerario que no les agote, tener en cuenta sus necesidades y planificar nuestras paradas en función de sus posibilidades.
Obviamente también debemos tener en cuenta los ajustes en cuanto a nuestro equipo: traer con nosotros una tienda de campaña lo suficientemente espaciosa para que nuestro amigo descanse bien, llenar botellas de agua adicionales para que beba y comida para refrescarlo.
No olvidemos los medicamentos/ungüentos y antialérgicos: seguimos en contacto con la naturaleza, tenemos que pensar en cualquier imprevisto.
Hágase oír En el bosque o en la montaña, habrá muchas tentaciones para el perro: animales, plantas, ganas de salir a correr, etc.
Pero también debemos evitar que se ponga en peligro.
Es recomendable un poco de entrenamiento para que nuestro amigo obedezca órdenes sencillas para no tener siempre todas las miradas puestas en él con la preocupación de que pueda meterse en líos.
No dejar que se acerque a un precipicio, evitar el contacto con otros animales o evitar que coma algún tóxico son buenas razones para dedicarle un tiempo (y, si es necesario, unos euros) a este entrenamiento específico.
Haciendo caso a estas pequeñas sugerencias, nuestras vacaciones serán agradables y fortalecerán aún más la relación con nuestro mejor amigo. ¿Tienes algún otro consejo que darnos en base a las vacaciones que pasaste con tu amigo de cuatro patas? ¡Escríbenos!