Los días de buen tiempo son cada vez menos, bajan las temperaturas y disminuyen las horas de luz; lo único que parece ir en aumento es la tentación de pasar nuestro tiempo libre en casa descansando.
Pero nuestra naturaleza como campistas todavía nos lleva a movernos y por tanto a pensar en cómo aprovechar al máximo la estación otoñal para nuestro camping.
Reflexionando un momento, hay muchas razones válidas para decidir pasar unos días fuera de casa incluso en esta época del año.
¿Dónde ir? En realidad, no hay destinos particularmente excluidos.
Nuestro consejo es elegir destinos donde la belleza de los colores otoñales actúe como un impresionante telón de fondo: de las colinas toscanas a las piamontesas, de los Alpes lombardos a los Apeninos emilianos –y hemos dado sólo dos ejemplos–, nuestro país está lleno de lugares encantadores.
Un paseo por el bosque mientras las hojas amarillean y caen o un camino de montaña desde el que se pueden ver los picos cubiertos con las primeras nevadas del año son solo algunas de las sugerencias que nos puede dar el otoño.
Y no olvidemos que incluso un balneario fuera de temporada puede tener su encanto, ¡sin mencionar la posibilidad de un día por encima de los veinticinco grados que permite un agradable baño fuera de temporada! Pero sobre todo… ¿por qué ir? Una de las primeras razones es quizás también la más obvia: porque cuesta menos.
Los campings bajan sus tarifas en cuanto finaliza la temporada alta y, por tanto, es más barato alquilar una parcela o espacio para un campista en una ubicación que hubiera sido muy cara hasta un mes antes.
Directamente relacionado con esto, aquí hay una segunda razón: menos hacinamiento.
Dondequiera que decidas ir, seguramente te encontrarás con menos gente que en los meses de julio y agosto.
Sobre todo si tu destino está en contacto con la naturaleza, tener un poco más de tranquilidad no es un aspecto a subestimar.
Luego hay una variable completamente subjetiva que concierne al clima: los días hermosos son ciertamente maravillosos, pero no todas las personas toleran bien el calor abrasador del verano.
Imagínate montar una tienda de campaña bajo el sol de mediodía, o quedarte con tu camper en una parcela sin árboles cercana un día de mediados de agosto… Estos problemas no surgen en otoño: las temperaturas son más suaves y el sol ya no pega tan fuerte.
Seguramente existe la desventaja de la imprevisibilidad del clima, pero para evitar sorpresas desagradables, puede intentar planificar sus vacaciones con anticipación en función de los pronósticos.
¿Tienes algo que contarnos sobre tus experiencias de vacaciones de otoño? Escríbenos para consejos, sugerencias y más!
