Paso a paso, la historia del calzado de senderismo

Paso a paso, la historia del calzado de senderismo
No hay campista o excursionista que nunca haya tenido que enfrentarse a terrenos accidentados, húmedos y resbaladizos.
Todos sabemos muy bien lo incómodo que es montar una tienda de campaña tratando de mantener el equilibrio; o tal vez salir de la casa rodante después de una noche lluviosa y, sin darse cuenta, poner los pies en la hierba mojada.
Sin embargo, la historia y la ciencia de los materiales han procedido, con el tiempo, a encontrar soluciones prácticas a estos problemas.
No importa pensar en quién sabe qué mecanismo futurista, sino simplemente mirar hacia abajo para mirar nuestros pies: el zapato de senderismo, una maravilla de la tecnología demasiado a menudo subestimada.
Los orígenes Aunque sea difícil de imaginar, los primeros tipos de calzado para la vida al aire libre tienen un origen muy antiguo: ya desde el Paleolítico Superior (hace unos 26 mil años) nuestros antepasados ​​comenzaron a llevar un calzado rudimentario fabricado con piel de animal y corteza de árbol (para los único).
En nuestro país el zapato más antiguo jamás encontrado fue el perteneciente a la famosa momia “Oetzi”, hallada en los años 90 en buen estado sobre un glaciar alpino; en los pies calzaba un zapato con armazón de madera, acolchado de hierba seca y varias capas de cuero para el forro.
Hace cinco mil años, por tanto, ya se fabricaban zapatos de “vanguardia”.
La suela moderna Para ver nacer el primer modelo de zapato con suela de goma “carrarmato” hay que dar un salto a 1935, gracias a la idea de un guía de montaña italiano que intuyó la utilidad de un zapato que agarraba invicto y sobre la nieve. Como suele ocurrir cuando un invento marca un punto de inflexión, la evolución ha sido rápida e imparable. Desde la década de 1930 asistimos al nacimiento de zapatos cada vez más eficientes, fabricados con materiales aptos para resistir a los agentes atmosféricos y duraderos.
Otro paso importante hacia los tipos de zapatos que usamos y conocemos hoy se dio con el descubrimiento de materiales sintéticos, que son más livianos y menos sujetos al desgaste que el cuero.
Si alguna vez te has puesto una de las antiguas botas de montaña, sabes a qué nos referimos.
Muchos tipos Actualmente, en el mercado existen principalmente dos tipos diferentes de calzado de senderismo: las botas de montaña cómodas, ligeras y adecuadas para paseos por terrenos poco exigentes, y las botas de montaña clásicas, más robustas y protectoras, útiles para caminatas medias largas y para condiciones climáticas difíciles. .
Nuestra recomendación es consultar siempre con antelación el tiempo y la ruta que has decidido realizar: elegir siempre un calzado adecuado es un factor muy importante para disfrutar de la vida al aire libre con tranquilidad.
¿Tienes algún tipo de botas para recomendar? ¡Escríbenos!Foto: Ali Kazal