La llama portátil: historia de la estufa de camping

La llama portátil: historia de la estufa de camping
Todos los campistas conocemos la importancia y utilidad de la pequeña estufa portátil que nos permite cocinar nuestras comidas cuando estamos de vacaciones.
Sin ella, el número de recetas que podríamos preparar se reduciría drásticamente, dejándonos únicamente alimentos precocinados o enlatados como opción.
Sin embargo, muchos ciertamente desconocen el origen de este objeto revolucionario.
Por esta razón, demos un paso atrás en la historia.
En Japón, hace mucho tiempo El primer ejemplo de estufa “transportable” es probablemente el Schichirin japonés, una especie de pequeño cuenco de cerámica que se calentaba en su parte inferior quemando brasas de carbón.
los testimonios de este objeto se remontan a 1600 pero en el país del Sol Naciente se siguió utilizando regularmente hasta 1800 El .
El chef nacido en Francia llamado Alexis Soyer lanzó al mercado la Estufa Mágica, una estufa de tamaño mediano alimentada por un tanque de queroseno que permitiría a sus propietarios cocinar en cualquier lugar.
El invento de Soyer tuvo un éxito relativo entre la gente corriente, pero fue muy apreciado en el campo militar y muy utilizado por el ejército británico durante la guerra de Crimea.
En la misma época, otros también habían pensado en un modelo aún más fácil de transportar: el 1800 fue la época de las grandes exploraciones y numerosos aventureros comenzaron a inventar otros tipos de estufas, alimentadas con alcohol, grasa animal o nafta.
Producción en masa A principios del siglo XX, la utilidad de la estufa portátil se hizo evidente para todos.
Fue por ello que el sueco Carl Richard Nyberg decidió iniciar la producción en masa de un dispositivo llamado Viktoria, pero para tener un verdadero éxito de ventas el inventor tuvo que esperar unos diez años, cuando comenzó a comercializar una versión mejorada del antiguo Viktoria: el Svea, posteriormente replicado en muchos otros modelos.
A partir de ese momento, el uso de pequeñas estufas se extendió por todo el mundo, tanto que requirió la invención de algunos modelos “universales”, que podían ser alimentados con diferentes tipos de combustible según la disponibilidad local.
Actualmente hay muchos tipos a la venta, casi todos resultados directos de la evolución de los modelos del siglo XIX.
Puedes elegir en función del combustible, el manejo y el peso, pero siempre sabiendo que siglos de evolución técnica nos han dado la pequeña maravilla que llevamos con nosotros en los viajes de campamento.
¿Qué experiencias tienes con las estufas de camping? ¿Qué modelos prefieres? ¡Escríbenos!