Botellas filtrantes: ¿cómo funcionan?

Botellas filtrantes: ¿cómo funcionan?
Una de las cosas fundamentales cuando vamos de excursión al aire libre es llevar siempre con nosotros una buena cantidad de agua potable.
Además de la función fundamental de mantenernos hidratados, especialmente con las altas temperaturas, el agua puede servir para muchas otras necesidades.
Cuando salimos de excursión, sobre todo con mochila, el principal problema que nos encontramos está representado por el peso del suministro de agua: tanto si llevas una o varias botellas de agua, como si decides llevar botellas desechables, la carga en la espalda puede ser un impedimento significativo durante el viaje.
Veamos cómo un solo objeto puede ayudarnos en esta situación.
Una botella, larga vida Podemos resolver el problema del peso y el volumen comprando una botella de filtro.
Esto también nos permitirá beber directamente el agua que encontraremos durante nuestra excursión, o filtrar el agua de los grifos cuando nos encontremos en lugares o situaciones en las que no podamos estar seguros de que esté depurada.
Hay muchos tipos de botellas de filtro en el mercado: el coste fluctúa entre 20 y 40 €, sin tener en cuenta el precio de los filtros de repuesto que se deben cambiar después de 700/1000 litros de agua filtrada, según el modelo de botella de agua. comprado
¿Cómo trabajan? Visualmente se ven exactamente como las botellas de agua canónicas, pero el filtro purificador se coloca dentro de la tapa: una vez llenas, el agua se filtra antes de llegar al pico/pajilla.
Solo toma unos segundos para que el filtro purifique el agua, en algunos casos eliminando hasta el 99% de bacterias y virus.
Casi todos los filtros funcionan con carbón activado o iones y en ambos casos los resultados de depuración son prácticamente iguales, con la ventaja adicional de que también mejoran el sabor del agua una vez depurada.
También hay a la venta botellas de filtro ecológicas, cuyos carbones están compuestos de material orgánico reciclado, pero lamentablemente no tienen el mismo poder antibacteriano que los otros tipos.
La solución “tradicional” Para hacer que el agua sea potable y segura, también se puede recurrir al “viejo sistema”: las pastillas potabilizadoras.
En este caso, basta con disolver uno o varios comprimidos en agua (dependiendo de la cantidad) y esperar a que hagan efecto.
Los “contras” de las tabletas son principalmente dos: un mayor tiempo de espera antes de poder beber el agua purificada y un sabor no siempre agradable debido a los principios activos de la tableta.
¿Has probado una o más de estas soluciones? Haznos saber.
¡Escríbenos!Foto: Kate-joie