Somos muy conscientes de que ir de camping implica algunos sacrificios en comparación con las comodidades de la vida cotidiana.
Lavar con agua fría (generalmente), tratar insectos, tener que quitar la tierra de las esquinas de la tienda y otros pequeños detalles.
Obviamente somos muy conscientes de ello y, sobre todo, estamos dispuestos a ponernos a prueba para vivir la experiencia de pasar unos días al aire libre, lejos de las paredes de nuestra casa y de la rutina diaria.
Renunciamos a algo para obtener otros beneficios y tener una experiencia diferente.
Pero no siempre ha sido así: en los albores de la historia del camping, el principal objetivo de apasionados inventores era transportar la vida cotidiana, incluida la comodidad, en el bosque, a orillas de un lago o cerca de una playa. Veamos juntaron tres patentes antiguas que se suponía que harían que acampar fuera más cómodo.
El vagón de tienda plegable – 1917 En pocas palabras: una caravana primordial cuando las caravanas aún no existían.
El invento del estadounidense George Chapman fue en realidad un carro tirado por bueyes o caballos que, una vez inmóvil, se abría como una especie de libro enorme.
La plataforma podía entonces prepararse como una cama de matrimonio, las dos “alas” de madera servían de soporte bajo para el toldo que luego quedaba fijado a la parte superior de la estructura del vagón.
En pocos minutos, por lo tanto, podría abrirse y cerrarse, incluso si la manipulación no fuera ciertamente el punto fuerte de esta invención.
The Spring Awning for Cars – 1940 Ir de camping y tumbarse en el suelo no le debió parecer muy cómodo a Ray Strauss.
En la década de 1940, los automóviles comenzaron a convertirse en un vehículo común y muy querido y la posibilidad de explotar cada superficie era muy atractiva: el inventor estadounidense decidió patentar una carpa plegable que podía fijarse al techo del automóvil mediante barras de soporte.
Una vez aparcado, el toldo se abría y se extendía automáticamente hacia arriba gracias a un sistema de muelles.
Las barras de apoyo en la parte inferior proporcionaban la base donde colocar un colchón y se llegaba a la cama gracias a una escalera plegable, suministrada con la carpa.
Sólo cabía esperar que la chapa del coche no cediera bajo el peso de los ocupantes.
El barco camper – 1952 Pensándolo bien, la practicidad estaba realmente ahí: el invento de Richard Somers estaba de hecho dedicado a los entusiastas de la pesca y todos los amantes de acampar junto al lago.
¿Por qué obligarlos a alejarse de su caravana para llegar al muelle donde luego pueden alquilar un barco? ¡El barco se puede traer fácilmente de casa! De hecho, se colocó boca abajo como el “techo” de la propia caravana.
Una vez aparcada, la embarcación se desbloqueaba y se bajaba al agua mientras la caravana permanecía esperando a los ocupantes con las ruedas bien clavadas en el suelo.
La aerodinámica probablemente no era el punto fuerte de esta patente, pero la idea subyacente no debía subestimarse.
¿Conoce algún otro invento en particular que haya intentado mejorar la experiencia de acampar? ¡Escríbenos!