Ya hemos tratado algunos aspectos de cómo hacer que nuestra presencia sea inofensiva para el medio ambiente cuando vamos de campamento: en su mayoría son acciones relacionadas con el sentido común (no encender fuego donde no está permitido, no molestar a los animales, quitarles la productos de basura), pero hay otros trucos menos obvios con los que tenemos que lidiar.
Como siempre se ha dicho, disfrutemos de nuestras vacaciones en contacto con la naturaleza pero intentemos hacerlo con responsabilidad.
¿Qué hacer con la caravana? Un detalle muy importante a tener en cuenta es dónde aparcar la camper o caravana o cuál es el mejor sitio para montar nuestra tienda.
En el primer caso, la respuesta es bastante obvia: busca siempre áreas equipadas que cuenten con todo lo necesario para disponer de los residuos producidos de la mejor manera posible.
Sabemos que la tentación de alejarse de los lugares más concurridos es fuerte pero un vehículo a motor, por moderno que sea, contamina y hace ruido.
Si realmente buscamos la soledad, quizás sea mejor optar por quedarse en una zona menos inflada o cambiar las fechas de viaje, quizás optando por la temporada baja.
Cómo y dónde montar la tienda Elegir exactamente dónde montar la tienda es un poco más complejo.
En primer lugar, debemos evitar colocarlo sobre vegetación “fresca”: un hermoso césped verde o una alfombra de musgo pueden atraernos por su comodidad, pero el resultado final de nuestra elección llevaría a aplastar las plantas bajo nuestro peso y asfixiarlas. con el material sintético de la tienda.
Mejor elegir un suelo arenoso o donde la vegetación no crezca de forma exuberante: quizás sea más incómodo, pero podemos solucionar este problema eligiendo un buen colchón.
También tratamos de acampar lejos de ríos o riachuelos porque con algún descuido podríamos contaminarlos.
Si no fuera realmente posible elegir un lugar ecológico, al menos intentemos mover nuestra tienda cada 24-48 horas para evitar compactar demasiado el suelo debajo de nosotros.
Incluso un cambio pequeño y aparentemente insignificante puede provocar variaciones en la flora y la fauna circundantes.
Quedándonos en el tema de la flora: tratamos en lo posible de no alterar el entorno que nos rodea.
No arrancamos ramas de plantas o árboles (existen soluciones alternativas para un incendio, ya lo hemos hablado en el artículo anterior), no recolectamos flores y también evitamos mover piedras: la huella humana es algo que la naturaleza no es. acostumbrados y el desequilibrio provocado, aunque sea de total buena fe, podría tener importantes repercusiones en el ecosistema.
Contraseña: responsabilidad El verdadero “truco” para ser lo más eco-sostenibles posible es planificar nuestras vacaciones y ser campistas responsables: estudiemos previamente nuestra ruta y el resto de oportunidades que ofrece, conozcamos las peculiaridades naturalísticas de la zona donde vamos, elegimos cuidadosamente el equipo a llevar para evitar desperdicios o excesos.
Aunque nos cueste esfuerzo, tratamos de corregir los errores de los que nos han precedido retirando la basura u otra basura abandonada y evitando instalarnos exactamente en el mismo lugar donde han pernoctado otros campistas.
Por último, el último consejo, aunque sabemos que a muchos no les gustará: los campings y las zonas habilitadas se ubican en algunos lugares por un motivo concreto, sobre todo si se trata de parques o reservas naturales.
A veces, renunciar a la naturaleza salvaje y elegir un lugar menos pintoresco pero sostenible es la elección más sabia.Foto: Deborah Lee Soltesz